Batalla de Las Navas de Tolosa (1212)
Una de las batallas más decisivas en la denominada "Reconquista" por parte de los ejércitos cristianos, denominada la "Batalla de las Navas de Tolosa". Conocida en la historiografía árabe como “batalla del castigo” y también nombrada por los cristianos como la "Batalla de Úbeda".
La batalla enfrentó a todos los reinos cristianos frente a los ejércitos almohades de Muhammad al-Nasir, en las cercanías de la localidad jienense de Santa Elena, el 16 de julio de 1212.
El ejército cristiano contaba con numerosas tropas castellanas al mando de Alfonso VIII de Castilla, a las que se sumaron las huestes de Pedro II de Aragón, Sancho VII de Navarra, así como tropas voluntaria del Reino de León y del Reino de Portugal. Según los últimos estudios se considera que el ejército cristiano pudo contar con alrededor de 4.000 caballeros y 8.000 peones. Algo extraordinario para la época puesto que normalmente los ejércitos cristianos no solían superar los 3.000 soldados.
Enfrente el almohade Muhammad al-Nasir, con unas tropas estimadas entorno a los 25.000 soldados.
Será el monarca Alfonso VIII quien tomó la iniciativa de reunir al resto de reinos cristianos para enfrentarse a la amenaza Almohade que ya le había derrotado unos años antes en la Batalla de Alarcos (1195), sufriendo una dura derrota, a la que había que sumar la reciente caída del castillo de Salvatierra (1211), que suponía una grave amenaza dado que los almohades empujaron la frontera hasta los Montes de Toledo, teniendo Alfonso VIII amenazada la propia ciudad de Toledo y el valle del Tajo. Para ello, Alfonso VIII no solo recurrió al resto de reinos de la Península ibérica, solicitó el apoyo del Papa Inocencio III para terminar de convencer al resto de reinos cristianos mediante predicación de una cruzada por la cristiandad y el perdón de los pecados para aquellos que participaran.
LA BATALLA
Muhammad al-Nasir contaba con unas tropas cercanas a los 25.000 soldados. Tenía el mismo problema que los ejércitos cristianos, su composición poco heterogénea, ya que, además del ejército regular (profesionalizado), estaba formado por las levas temporales (reclutamientos forzosos) y de voluntarios yihadistas.
El ejército regular almohade estaba conformado por diferentes etnias y tribus: bereberes almorávides, andalusíes, kurdos (los agzaz, la caballería ligera de arqueros), esclavos negros de la guardia personal del emir e incluso mercenarios cristianos.
Los ejércitos cristianos avanzaron desde Toledo, llegando el viernes 13 de julio de 1212 a Las Navas, y se producen pequeñas escaramuzas durante el sábado y domingo siguientes. El lunes, 16 de julio, atacan a las huestes almohades, presentando ambos bandos una disposición en tres haces o líneas de cuerpos de ejército.
Como era costumbre tras la primera carga cristiana, comandada por el vizcaíno don Diego López II de Haro, hicieron retroceder la vanguardia almohade de voluntarios musulmanes. La táctica almohade era la misma que tantos éxitos le había dado hasta ahora, denominada tornafuye, por la doblando en efectivos al contrincante, fingían una huida frente a la primera carga cristiana para contraatacar posteriormente con el apoyo del grueso de sus fuerzas frescas de élite en el centro.
Mientras, en los flancos del campo de batalla, la caballería ligera almohade, realizaba ataques rápidos de desgaste, armados con arcos y, por último, las haces centrales compuestas por andalusíes y bereberes terminaría por cercar a las fuerzas cristianas envolviendo al ejército cristiano aprovechando su mayor número de tropas.
Reproduciendo así la gran victoria que obtuvieron en la batalla de Alarcos frente a Alfonso VIII, era de esperar que los almohades repitieran nuevamente esta táctica. Pero don Diego López II de Haro, previendo esta táctica ordenó no internarse en exceso en su persecución de la vanguardia almohade en retirada y más teniendo en cuenta que el avance cristiano era cuesta arriba con el consecuente desgaste para las fuerzas.
El frente de batalla se estabilizó con continuas avances y retrocesos por ambas partes a pesar de que la caballería almohade en varias ocasiones estuvo apunto de desbordar los flancos cristianos que se repusieron ante el avance decidido de la caballería pesada cristiana en ambos flancos.
Tras estos embates la situación se estabilizó hasta entrada la tarde cuando, Alfonso VIII ordenó un avance en bloque de toda su ejército, en un avance que rompió las líneas almohades poniéndolas en retirada ordenada en un principio para terminar en desbandada. El rápido avance de las tropas cristianas les permitió ocupar rápidamente el real de An-Nasir, que huyó precipitadamente dejando cuantioso botín
Tras la desbandada almohade, el ejército cristiano continuó su persecución hasta la caída del sol, siendo un movimiento habitual tras ganar una batalla que servía para adquirir el botín de guerra y generar el número máximo de bajas al enemigo.
La Batalla de A. Coruña: Drake: La "Invencible inglesa" derrotada (4 mayo 1589).
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