LEONARDO DA VINCI: La Belle Ferronière (1490-1495)
"La belle ferronière". Gran obra de Leonardo da Vinci que se puede admirar en el Museo del Louvre, donde también encontramos a la famosa "Gioconda".
"La Belle Ferronière", es muy posible que coincida, con la dama que aparece en la obra conocida de Leonardo, "La dama del armiño" (actualmente en el Museo Czartoryski de Cracovia), que cronológicamente es anterior en su factura a "La Belle Ferronière".
La lista tiene un nutrido elenco de grandes damas. La primera sería Isabel de Este, aunque también estarían en buena posición Beatriz de Este o incluso con Isabel Gonzaga o una de las sucesivas amantes que mantuvo Ludovico Sforza, entre las que destacaría Lucrezia Crivelli, de la que ya había un retrato realizado por Leonardo, según quedó registrado en el ''Códice Atlántico (f. 167 vto.); también, podría ser Cecilia Gallerani, amante del Moro, pero con una edad más avanzada respecto a las facciones juveniles que apreciamos en la Dama del armiño (que ya indicamos que se trata de una obra anterior al de "La Belle Ferronière").
Como curiosidad, (ferronnière) es el nombre dado a una joya formada por una cinta o cadena que rodeaba la cabeza de las damas, con una doble función. Primero, fijar el cabello a la cabeza, y que se regulaba en la frente gracias a una pequeña piedra preciosa o camafeo. Esta joya triunfaría entre las altas esferas de la sociedad, poniéndose de moda entre las damas de alta sociedad de Francia e Italia, especialmente a lo largo del siglo XVI, con la segunda función que consistía en disimular lesiones causadas por la sífilis.
ANÁLISIS DE LA OBRA
Leonado facturó este encargo durante su periodo de estancia en la ciudad de Milán, y deja patentes los intensos estudios sobre óptica desarrollados por Leonardo en aquel período, donde podemos apreciar los detalles de la reflexión del vestido rojo en la mejilla izquierda del enigmático rostro. El trabajo fino consiguiendo dibujar las carnaciones, se consigue mediante una hábil combinación de luces y sombras.
Un tradicional fondo oscuro, marca característica de Leonardo en su amplia trayectoria pictórica, daba el marco necesario a la figura principal. Este formato, será replicado por numerosos pintores de la época e incluso más allá del Renacimiento. Una de las técnica más conocidas de Leonardo, el esfumato, aún no ha sido introducido en este periodo creativo y por tanto no aparece en esta obra. Este es uno de los motivos principales por los que los expertos siempre se declinan más por la Gioconda, como obra culmen de Leonardo.
El alto estatus de La Belle Ferronniere se aprecia en sus ricos ropajes, acompañado por un rico peinado que realza su tez blanca en contraste con sus cabellos negros.
La escena representada nos deja a la dama, de la que solo podemos ver en busto, donde podemos intuir la posición de sus manos, que desaparecen de la escena en la parte inferior bajo el mueble, y que debían estar cogidas entre sí. La cabeza muestra su perfil girando suavemente suavemente e inclinándola en dirección al espectador, con un rostro que nos transmite inocencia y curiosidad. Sus ojos y mirada nos transmiten gran viveza, algo común en todos los retratos de Leonardo, con su enigmática mirada, que resulta penetrante y desconcertante al espectador.
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