La Leyenda del "Hombre Pez" (1674).

 La leyenda nos cuenta que, entrado el siglo XVII, en una pequeña aldea de Cantabria, llamada Liérganes, vivía un joven llamado Francisco de la Vega. 

Imagen: Escultura conmemorativa del "Hombre Pez". Liérganes.
Imagen: Escultura conmemorativa del "Hombre Pez". Liérganes. Foto Autor.


Las crónicas nos hablan de Francisco de la Vega, como de un joven con gran afición a nadar.

"se decía de él que pasaba más tiempo dentro del agua que fuera". 

La leyenda comienza una calurosa tarde del 20 de junio, cuando Francisco, en compañía de una cuadrilla de amigos se refrescaba en la ría de Bilbao, sin imaginar que ese día iba a ser el primero de una gran aventura que terminaría en tragedia.

El monje benedictino Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro escribiría la crónica del suceso casi 50 años después, gracias a las noticias que le había llegado a través de varios conocidos suyos. Se considera al padre Feijoo el introductor del género ensayístico en la literatura española, así como uno de los más famosos miembros de la que es considerada la Primera Ilustración Española y cuyas obras se reimprimieron sin pausa a lo largo de todo el siglo XVIII.


"En 1674, habiendo ido a bañarse la Víspera de San Juan con otros mozos a la Ría de Bilbao, observaron éstos se fue nadando por ella abajo, (...) Le estuvieron esperando, hasta que la tardanza les hizo creer se había ahogado."   Padre Feijoo - Teatro Crítico Nacional

Pasaron cinco años del suceso cuando, en la lejana bahía de Cádiz, apareció entre las redes de los pescadores que se encontraban faenando, un extraño ser que llevaban varios día viendo pero no conseguían identificar bien, y que tenía aspecto humano..

Imagen: Escultura conmemorativa del "Hombre Pez". Liérganes.
Imagen: Escultura conmemorativa del "Hombre Pez". Liérganes. Foto Autor.


Una vez capturado y a bordo la reacción de los pescadores ante lo que estaban viendo era de perplejidad:

"Era de estatura de seis pies, el pelo rojo, corto. Las uñas tenía gastadas, como si estuvieran comidas de salitre. Andaba siempre descalzo".  Padre Feijoo - Teatro Crítico Nacional

Especialmente llamativas constituían las escamas que cubrían parte de su cuerpo en pecho y el espinazo de su corpulenta espalda.

En un primer momentoeste ser no articulaba palabra alguna ni se comunicaba. Era alimentado a base de trozos de pan que le daban los pescadores. Hasta que en un momento dado pronunció una sola palabra: "Liérganes".

Fue llevado por los pescadores hasta el convento de San Francisco, entregándoselo a los monjes que intentaron en vano hablarle en diferentes idiomas para conocer su procedencia cuando volvió a pronunciar "Liérganes". Las indagaciones hicieron suponer que se trataba del desaparecido  Francisco de la Vega

Regresó a su aldea natal Liérganes, pero ya no era la persona que un día desapareció hacía ya cinco años.

Debido a las escamas que presentaba su cuerpo recibió el apodo de  'Hombre Pez'.

Desde su regreso a Liérganes, se convirtió un hombre solitario, apenas se relacionaba con algún vecino ni familiar. Tampoco articulaba muchas palabras y las escasas veces que lo hacía era para solicitar comida: "pan, tabaco, vino". No se acostumbró a portar ropa ni calzado, paseando desnudo y descalzo.

Tras un tiempo sin avances significativos en Liérganes, Francisco de la Vega, al igual que hacía en numerosas ocasiones, salió a nadar río abajo y nunca más le volvieron a ver.


Las crónicas que dejó por escrito el padre Feijoo llamarían, dos siglos después, la atención del conocido doctor Gregorio Marañón, que quiso encontrar una explicación más científica que complementara las crónicas del padre Feijoo.

Gregorio Marañón, tras estudiar las crónicas y documentación a su disposición, llegó a la conclusión  que Francisco de la Vega debió de tener cretinismo, una enfermedad común en las zonas de montaña.

Además, indicó que su piel, de aspecto escamoso, se pudo deber a  la ictiosis

Por lo tanto el doctor Marañón sentenció que Francisco de la Vega debió de padecer un caso agudo de cretinismo y que por tanto, resultaría imposible que llegara nadando desde Bilbao a Cádiz. Debió de deambular de un sitio a otro hasta llegar a la bahía de Cádiz, donde se adaptó al marisqueo de la zona para sobrevivir.




Autor:
 Jose Mª Maestre Domínguez ©



Fuentes: 

Asociación #Laulanet

Vídeo: https://youtu.be/ekyaGzLFm0g

Fotos: Wikimedia Commons, Wikipedia, Wikiart, Pixavay.





Excepto donde se haga constar explícitamente, esta obra pertenece a Jose Mª Maestre Domínguez, y está bajo una licencia de “Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional”.


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