Huevo de Fabergé: Auge y caída de los Romanov

 Símbolo del poder de los Romanov, los huevos de Fabergé constituyen una serie de hasta sesenta y nueve joyas creadas por Carl Fabergé y sus artesanos de la firma Casa Fabergé para los zares de Rusia, miembros de la realeza, nobleza, burguesía industrial, realizados entre los años 1885 y 1917. Los huevos Fabergé son considerados  obras maestras de la joyería.

Además hoy es el aniversario de la desaparición trágica de una de las familias reales más conocidas y polémicas de la Historia: los Romanov.

Imagen: Huevo del Zarevich
Imagen: Huevo del Zarevich

HUEVOS FABERGÉ
Son una serie de huevos enjoyados diseñados por Peter Carl Fabergé

El que mostramos en la foto, mide 14,6 cm de alto con su soporte. Se le conoce como huevo Tsarevich. Su cubierta exterior es de lapislázuli azul, con el dibujo en filigrana de una jaula de oro arquitectónica de estilo Luis XV, con un diseño de volutas frondosas. Esta decoración en oro, permite que queden cubiertas las articulaciones, lo que da la sensación que el huevo parezca tallado en un solo bloque de lapislázuli.

La decoración ya de por sí exuberante, es rematada por dos grandes diamantes, situados uno en la parte superior y otro en la parte inferior del mismo, estando incrustados en la superficie del huevo y muestran las iniciales de la zarina Alexandra Fyodorovna, así como el año 1912 con la corona imperial rusa. 

Fue creado en 1912 como regalo del Zar a la emperatriz Alexandra Fyodorovna como homenaje de Fabergé a su hijo, el zarevich Alexei. Actualmente se puede admirar en el Museo de Bellas Artes de Virginia en Richmond, Virginia, EE. UU.


En el interior del huevo se encuentra la "sorpresa", en este caso un águila imperial rusa de dos cabezas que rodean un retrato en miniatura con el busto del zarevich Alexei, engastado en platino e incrustado con diamantes.


Imagen: Imagen: Huevo del Zarevich con la sorpresa
Imagen: Imagen: Huevo del Zarevich con la sorpresa

ANTECEDENTES DE LA REVOLUCIÓN RUSA

No se puede hablar de los huevos de Fabergé sin hacer mención a los Romanov. 

En la entrada del siglo XX, Rusia era un polvorín. Lejos de escuchar las demandas del pueblo, ya en tiempos de Alejandro II y sus sucesores (Alejandro III y Nicolás II), ignoraron los indicios de una posible revolución, buscando el apoyo de la nobleza y los grandes terratenientes. 

Paralelamente, se recurrió a métodos represivos para sofocar cualquier revuelta. Los partidarios de la revolución de 1905, tras la derrota rusa en la guerra ruso-japonesa (1904-1905), hacía responsable al régimen zarista de la debacle militar.

Hubo multitud de huelgas, tras lo cual Nicolás II inició una serie de reformas con la convocatoria de una Duma, pero este anuncio fue rápidamente olvidado por el zar en cuanto recuperó su fuerza militar, ordenando una dura represión.

A partir de ese momento el zar dependía de su ejército y aparato burocrático. 

El desastre militar durante la Primera Guerra Mundial para los ejércitos rusos supuso el estallido, en 1917, de la 'Gran Revolución Rusa'. Las cifras de bajas en el frente eran apabullantes: 1.700.000 muertos y 7 millones de heridos. La moral del país estaba por los suelos. El zar recorre el frente en tren blindado, impotente ante las sucesivas derrotas contra Alemania. Su poder caía en picado. El pueblo no le quería.

El crudo invierno de 1916 deja a Rusia en un estado lamentable y comienzan las primeras huelgas, con su consiguiente represión y más manifestaciones. Las mujeres se manifiestan por millares pidiendo la paz y pan, con gritos cada vez más amenazadores. Grupos revolucionarios atacan comisarías y se hacen con sus armas. El zar saca al ejército a la calle y los enfrentamientos empiezan a ser armados. 

La noche del 24 al 25 de octubre de 1917 el ejército bolchevique toma todos los centros de poder de Petrogrado (actual San Petersburgo) para a continuación, asaltar el Palacio de Invierno, El zar renuncia y Lenin es dueño de la situación en Petrogrado, pero no en el resto de Rusia. 

Tras ser encarcelados dentro del Palacio de Invierno, durante 4 meses (marzo a julio de 1917), por orden del Gobierno Provisional bolchevique, Nicolás II y su familia son trasladados a Siberia. concretamente a la ciudad de Ekaterimburgo. Allí vivirían en arresto domiciliario en una casa, conocida como 'Casa Ipatiev' durante un año.


Nicolás II con su hijo Alexei en Siberia

En la madrugada del 16 al 17 de julio de 1918, la familia imperial fue asesinada a tiros y rematada a bayonetazos en un lúgubre sótano de una casa situada a las afueras de la ciudad de Ekaterimburgo. Supondría el fin del zarismo en Rusia y el comienzo del comunismo.

Tras conocerse la noticia de la muerte de la familia imperial, muchos recordaron las palabras premonitorias de Rasputín, dirigidas en su última carta al Zar:

"Si fueran vuestros parientes los que causaran mi muerte, entonces nadie de vuestra familia, es decir, ninguno de vuestros hijos o parientes, vivirá más de dos años. El pueblo ruso los matará". 

                                                     Grigori Rasputin

 

Casa Ipatiev, lugar del asesinato de la familia imperial

(Ver vídeo)


Autor: Jose Mª Maestre Domínguez ©


Fuentes: 

Asociación #Laulanet

Fotos: Wikimedia Commons, Wikipedia, Wikiart, Pixavay.

Vídeo: https://youtube.com/shorts/hNzC2eozEPw?feature=share




Excepto donde se haga constar explícitamente, esta obra pertenece a Jose Mª Maestre Domínguez, y está bajo una licencia de “Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional”.



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