LAOCOONTE Y SUS HIJOS vs MIGUEL ÁNGEL BUONARROTI
LAOCOONTE Y SUS HIJOS
vs MIGEL ÁNGEL BUONARROTI
Es una gran escultura, tallada en mármol blanco y con una altura de 2,42 metros. Se trataría de un grupo escultórico compuesto por tres figuras humanas (un hombre adulto barbado y musculoso, de mayor tamaño ("Laocoonte", sacerdote de Apolo), junto a dos niños o jóvenes pequeños (sus hijos) y dos serpientes enormes (enviadas por los dioses). Las figuras del grupo se organizan en una visual piramidal.
En esta pieza se nos presenta el momento exacto en que las dos serpientes marítimas enviadas por los dioses, se enroscan en los cuerpos del sacerdote troyano y sus dos hijos. La composición sigue los rasgos más característicos del arte helenístico, haciendo gala de un gran dinamismo y virtuosismo. Despertando la admiración del mismo Miguel Ángel Buonarroti.
En la composición de la obra, vemos como los artistas se alejan de las habituales posturas del período clásico (Contraposto), en las que predominan los cuerpos prácticamente en reposo. lejos del clasicismo griego, este grupo escultórico nos traslada la tensión más dinámica propia de los cuerpos en batalla: esto lo consiguen mediante la contorsión de los músculos, las venas que prácticamente brotan de la carne, los rostros con una gran expresividad afligidos, el instante de la desesperación (momento Pregnante). Un instante efímero para eternizarlo como si se tratara de una instantánea en piedra.
Así como hay dudas a cerca de su datación, tampoco se tiene la certeza de si estamos ante la obra original o, como es normal, se trata de una copia en mármol de algún original en bronce. Esto se debe a que gran número de originales en bronce griego fueron fundidos, a lo largo de la historia, para construir especialmente cañones de bronce. Dentro de la cultura romana, fue una práctica común, realizar copias en mármol de originales griegos en bronce.
Laocoonte y sus hijos es considerada desde su descubrimiento durante el Renacimiento, como una de las grandes esculturas de la Antigüedad Clásica junto con otras como la Venus de Milo, la Victoria de Samotracia, el Discóbolo de Mirón y el Toro Farnesio.
El motivo no es solo por la obra de excepcional ejecución, sino por uno de sus padrinos descubridores: El maestro Miguel Ángel Buonarroti.
Sangallo fue el primero que identificó la escultura como el famoso Laocoonte que ya el autor romano Plinio el Viejo había visto en el palacio de Tito hacia el año 70 a.C. y que con su descripción en su obra Naturalis Historia daba pistas. Ambos artistas, quedaron impresionados por el hallazgo y no tardaron en recomendar al papa su adquisición que se realizó por la importante suma de 600 ducados, Tres años después, en 1509, Julio II decidió trasladarla al Vaticano para colocarla en uno de los tres nichos del patio octogonal del Belvedere (dentro de los actuales Museos Vaticanos).
La obra no fue encontrada entera. Le faltaban varios fragmentos entre los que destacan los brazos derechos del sacerdote Laocoonte y de uno de sus dos hijos.
La falta de los dos brazos causó una gran controversia entre los escultores renacentistas, sobre cómo debía ser el brazo que faltaba del sacerdote. De las dos posturas, una indicaba que el brazo debía estar flexionada, como defendía, entre otros, el mismo Miguel Ángel o Amico Aspertini, quien incluso, realizó un dibujo del brazo desaparecido en dicha posición. Por otro lado estaban los que aseguraban que el brazo estaba en posición extendida. Con estas dos posturas comenzaron una serie de restauraciones con menor o mayor fortuna que durará hasta principios del siglo XX, cuando en el año 1905, el arqueólogo Ludwick Pollack encontró de casualidad, el brazo original del sacerdote troyano en una vieja tienda de antigüedades de Vía Labicana, muy cerca de la colina del Esquilino donde originalmente se había encontrado el conjunto cuatro siglos antes. De este modo, se pudo comprobar con certeza que efectivamente el brazo derecho que faltaba se encontraba flexionado como ya había anticipado Miguel Ángel. Gracias a este casual descubrimiento, entre 1957 y 1960, Filippo Magi realizaría la última restauración, retirando las piezas añadidas en intervenciones anteriores y colocando el brazo original de la obra.
La escena
La escena se enmarca dentro de la mitología grecolatina, y está narrada en la Eneida de Virgilio, así como en otras fuentes literarias clásicas. Dentro de las diferentes versiones que encontramos de este pasaje mitológico, el más extendido es el siguiente:
El mito se enmarca como un episodio transcurrido durante el asedio a Troya, cuando ya exhaustas las fuerzas de los aqueos, idearon un plan para introducir el famoso "caballo de Troya" dentro de las murallas de la ciudad simulando que era una ofrenda de buena voluntad. Sinón, de acuerdo con su primo Odiseo, intentaban conseguir que Príamo pudiera caer en una trampa. Laocoonte, sacerdote del templo, se percató de inmediato la la posible trampa, y exhortó a los troyanos para que rechazaran la ofrenda.
Para conseguir entrar en razón a Príamo y no aceptara la ofrenda del "caballo de Troya", propuso el sacrificio de un toro a los dioses, con la esperanza de que el caballo terminara calcinado. Sin embargo, los dioses querían la destrucción de Troya y enviaron dos grandes serpientes marinas que terminaron con la vida de Laocoonte y sus hijos.
Los troyanos ante la acción de los dioses, interpretaron como señal de que el caballo era sagrado y abrieron las puertas de la ciudad de Troya, sin saber que era el principio del fin de Troya.
Fuentes:
https://titanioestudio.es/laocoonte-y-sus-hijos-referencia-en-el-arte-y-en-la-restauracion/
https://www.culturagenial.com/es/escultura-laocoonte-y-sus-hijos/
https://www.artehistoria.com/es/obra/serpiente-de-bronce
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