Batalla del cabo de Santa María (1780). La sentencia de la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos.

 El Tratado secreto de Aranjuez con Francia, sellado el 12 de abril de 1779, metía de lleno a España en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos: la Guerra anglo-española (1779-1783).

El tratado permitiría a España una serie de concesiones en contrapartida por unirse a Francia en la guerra: recuperación de Menorca, la Mobila (Alabama), Pensacola (Florida), la bahía de Honduras y la costa de Campeche, asegurándose que no habría paz alguna mientras no regresara Gibraltar bajo la corona española.

Imagen: El convoy británico tras ser capturado por la flota española de Luis de Córdova.Imagen: El convoy británico tras ser capturado por la flota española de Luis de Córdova.

Este tratado obligó a los británicos a trasladar urgentemente efectivo para poder contrarrestar las posibles acciones del ejército español y su poderosa armada. Recursos que en un principio estaban destinados a mejorar las posiciones británicas en su guerra con los rebeldes de las Trece Colonias.

La presión sobre los puertos franceses por parte de la Royal Navy disminuyó hasta el punto que los estratégicos puertos de Tolón y Brest fueron desbloqueados y Francia pudo enviar un ejército al mando de La Fayette y Rochambeau a combatir con los colonos de América.

La inteligencia española en Londres, corroborada por la red de espías en Filadelfia, dirigida por Juan de Miralles, amigo íntimo de George Washington,  permitió averiguar la fecha de salida de uno de los mayores convoyes de aprovisionamiento que iba a abastecer al ejército británico en la guerra con las colonias americanas. El convoy estaría protegido de partida por la flota inglesa del Canal de La Mancha hasta la altura de la costas gallegas, cuando la flota inglesa regresaría a costas británicas, dejando al convoy en manos de 3 buques de guerra y sus pocos cañones para defenderse de un posible ataque.

Esta información llegaría a manos del conde de Floridablanca, con su posible ruta y el punto aproximado en que la flota inglesa dejaría casi sin cobertura al convoy de transportes.
Rápidamente se llamó a la flota hispano-francesa que se encontraba por costas de Gibraltar comandada por Luis de Córdova y su homólogo francés Antonie Hilarion de Beausset. Se les transmitió que dos convoyes se dirigían a suministrar pertrechos a las Indias Orientales y Occidentales. Siendo las Islas Azores el punto de separación de ambos convoyes para que cada uno tomara su rumbo.

Imagen: Buque insignia de la Armada española "Santísima Trinidad".
Imagen: Buque insignia de la Armada española "Santísima Trinidad".


Con una mayor libertad de movimientos al estar la flota inglesa concentrada en el Canal de la Mancha, la flota española, compuesta por 27 navíos de línea, 4 fragatas, 2 embarcaciones menores a la que se unió a la flota francesa, formada por 9 navíos de línea y 1 fragata, puso rumbo para capturar uno de los mayores botines de la historia.
La flota hispano-francesa se distribuyó en tres escuadras, más una escuadra ligera como reserva al mando de Antonie Hilarion de Beausset.

LA CAPTURA DEL CONVOY BRITÁNICO

El convoy británico, bajo el mando por el capitán de navío John Moutray (Commodore), con 55 transportes armados, y una protección a cargo de 1 navío de línea (Ramillies, 74 cañones) y 2 fragatas, continuó su marcha hacia América sin la cobertura de la flota inglesa del Canal "Home Fleet", a unas 112 millas náuticas de las islas Scilly o Sorlingas. Alcanzando las costas gallegas sobre el 3 de agosto, teniendo a vista en su ruta, la ciudad de Lisboa el 6 de agosto donde adelantaron dos balandras para reaprovisionarse de agua y fruta. 

El 8 de agosto, tras el regreso de las dos balandras la sorpresa fue mayúscula al advertir la presencia de barcos en dirección sur-suroeste. Al acercarse a unas 4 millas de distancia, vieron con claridad que se trataba de dos fragatas españolas y dos francesas inmóviles.

Rápidamente, el comandante inglés ordenó variar el rumbo del convoy. pero sus órdenes fueron desobedecidas y el convoy continuó su ruta preestablecida acercándose a la costa.

Paralelamente, sobre el 8 de agosto, la flota hispano-francesa navegaba aproximándose a 1 grado del meridiano de la isla de Madeira situándose en las posibles zonas de paso del convoy.

La madrugada del 9 de agosto se produce el avistamiento que, debido a la falta de luz hubo un momento de incertidumbre en la escuadra hispano-francesa por si era el convoy que esperaban o la escuadra inglesa del Canal al mando del almirante Geary.

Tras las deliberaciones en el buque insignia español "Santísima Trinidad" (120 cañones) y el firme alegato de José de Mazarredo, se decidió presentar batalla poniendo rumbo para interceptar la flota divisada y entablar combate al amanecer. No sin antes preparar una encerrona a la flota inglesa.

El veterano Capitán General de la Armada española, Luis de Córdova, ordenó colocar un farolillo en lo alto del trinquete del palo de proa, del mayor buque de la Armada española, el "Santísima Trinidad". El convoy inglés pensó que era una señal de su comandante y se dirigieron hacia la luz.

La trampa surgió efecto, con las primeras luces del amanecer del 9 de agosto, pasando las 4 de la mañana, se divisó poco a poco todo el convoy en dirección directa hacia el Santísima Trinidad (120 cañones) que les estaba esperando.

El convoy inglés al darse cuenta del engaño, comienza su dispersión en desbandada, siendo demasiado tarde. Luis de Córdova, ordenó izar la señal de "caza general" y la flota hispano-francesa se les echó encima, siendo apresadas, una por una casi todas las naves inglesas hasta bien entrada la noche.

A pesar de ser barcos de transporte armados, los barcos ingleses ofrecieron poca resistencia ante los buques de línea hispano-franceses. En poco más de una hora consiguieron apresar 36 buques británicos.

En cuanto a la pequeña escolta inglesa que debía proteger el convoy, comandada por John Moutray, con 1 navío de línea (Ramillies, 74 cañones) y 2 fragatas (Tethis y Southsamtom), navegaba a retaguardia cuando, al divisar el gran número de velas enemigas y el estruendo de los cañones del "Santísima Trinidad", viró rumbo y huyó. Moutray fue posteriormente juzgado por un consejo de guerra y destituido de su mando, siendo "reprobable en su conducta por la pérdida del convoy".

Imagen: El HMS Ramilles terminará hundido dos años después el 16 de septiembre de 1782, después de un huracán.

Imagen: El HMS Ramilles terminará hundido dos años después el 16 de septiembre de 1782, después de un huracán.


La jornada terminaría con 52 barcos apresados (36 mercantes armados equivalentes a una fragata, 10 bergantines y 10 paquebotes), más 3 buques de guerra  que estaban por la zona: las fragatas Nereide, Hércules y Carlota. Esta última de 14 cañones, que traía entre su tripulación a la esposa e hijos del general John Dalling, Gobernador de Jamaica.

Junto con los barcos capturados el botín fue uno de los mayores de la Historia, no solo por su cuantía, sino por el duro golpe que sufrirían las tropas británicas, al quedarse sin sus suministros en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos:

80 000 mosquetes, 294 cañones, 3000 barriles de pólvora, 66 caballos, 37 mulas, gran volumen de provisiones y efectos navales destinados a mantenimiento de las flotas británicas de América y el océano Índico, uniformes para equipar doce regimientos de infantería, y la gran suma de 1 000 000 de libras esterlinas en lingotes y monedas de oro.

A la cuantía de los bienes incautados había que sumar, 2.865 prisioneros, de los cuales 1.250 correspondía a las dotaciones de los barcos capturados, de 1329 eran oficiales y soldados de infantería que pasaban como refuerzos a las colonias inglesas y 286 civiles entre los que figuraban 149 mujeres.

El exquisito trato dado a los prisiones, impresionó a los ingleses, como así dejaron constancia en el The Scots Magazine:

"The tenderness of the Spaniards to the prisoners is mentioned in several letters in terms of the warmest gratitude. Don Cordova gave strict orders against plundering, and the orders were punctually obeyed. The ladies that were passengers were permitted to keep all their wearing-apparel, and were treated with a respect that does honour to the Spanish nation… The great kindness of the Spaniards makes our situation scarcely felt, as everything is done by them to alleviate our misfortune; and we have never yet felt that we were prisoners… They universally confirm the accounts already received of the politeness and humanity of the Spaniards to the captives in general. The Spanish Admiral in particular merits the warmest gratitude from the British nation, for having generously appointed the English to the care of such Spanish officers, and their friends…" (LAUGHTON, John Knox: op. cit., p. 101.)
La guerra continuó, pero ya totalmente condicionada, con los británicos a la defensiva, Gran Bretaña se rendiría al año siguiente 1781, firmando el Tratado de París.


Autor: Jose Mª Maestre Domínguez ©


Si quieres conocer otras Grandes Batallas de la Historia aquí tienes una selección:

Batalla de Pensacola (9 marzo-8 de mayo 1781). Victoria de Bernardo de Gálvez.

Batalla de Cornualles: Éxito de las galeras españolas al sur de Inglaterra. (2 de agosto de 1595)

Batalla de los Arapiles (1812). Wellington derrota claramente a Marmont.

Batalla de Jemmingen (1568). El duque de Alba y los "tercios viejos" consiguen la gloria.





Hernán Cortés: Batalla de Otumba (1520).



Batalla de Waterloo: El fin de Napoleón (1815).


LA CAIDA DE CONSTANTINOPLA (1453): El fin de la Edad Media.


La Batalla del Donbass II (2022):  El frente en llamas (8 al 13 de mayo).


La batalla de Kiev, 2022 (1ª Parte 24-28 febrero).

La Batalla de A. Coruña: Drake: La "Invencible inglesa" derrotada (4 mayo 1589).

Batalla de Cartagena de Indias (1741). Blas de Lezo: La mayor victoria sobre un ejército ingles.



Fuentes: 

Asociación #Laulanet

ANTONIO BARRO ORDOVÁS. Revista general de la marina, 28/3, Octubre 2021.

RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, AGUSTÍN RAMÓN: Victorias por mar de los españoles. Grafite Ediciones,S. L. Madrid, 2006.

John Knox Laughton. Studies in Naval History (1887).

v 2.0

Fotos: Wikimedia Commons, Wikipedia, Wikiart, Pixavay. 






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