Finlandia y Suecia vs Rusia: La tensión alcanza su climax.
Finlandia y Suecia vs Rusia: La tensión alcanza su clímax.
.jpg "A la izquierda la presidente de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, a la derecha la Primera Ministra finlandesa Sanna Marin (05/05/2022)")
La relación de Suecia y Finlandia con Rusia se define brevemente: tres siglos de tensiones, muerte y traiciones.
La partida de ajedrez geopolítica, nos da una nueva partida sobre el tablero mundial. Si la situación de por sí entre la OTAN y Rusia está en mínimos históricos, nos encontramos a la todopoderosa Rusia mostrando todas sus costuras ante un ejército en inferioridad de condiciones pero con un espíritu de lucha encomiable. A pesar de ver cada vez más limitada su ofensiva en Ucrania, por problemas de toda índole impropias de una superpotencia, Rusia se revuelve contra todo y contra todos.
Los ecos de la "Guerra de Invierno" de 1939-1940 y 1944, todavía están en la memoria del pueblo finés, que solicita formalmente ingresar en la OTAN. Una invitación formal, una hoja de ruta específica y el visto bueno de los 30 miembros: los pasos de Finlandia para entrar en la OTAN.
Finlandia lleva 80 años preparándose para este momento:
54.000 búnkeres construidos desde entonces (solo la Capital Helsinki dispone de 5.500 bunkers), 900.000 reservistas instruidos eficazmente y armados, así como suministros estratégicos almacenados en grandes cantidades. Para poco más de 5,5 millones de habitantes (la mitad que Suecia 10,38 millones), son cifras a la altura de muchas potencias.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial (1945), Finlandia construyó una extensa red de refugios antiaéreos bajo suelo finlandés. Esto permite poner bajo refugio al 80% de su población y que, según indican, están preparados "para cualquier cosa".
La legislación finlandesa obliga a construir un búnker en cada nuevo edificio o complejo residencial, así como en oficinas con plantas superiores a 1.200 metros cuadrados.
Suecia se prepara intensivamente desde el 2015, tras la invasión que realizó Rusia a la península de Crimea. El gobierno sueco instaló de nuevo un regimiento y un sistema de defensa antiaérea. Paralelamente, las Fuerzas Armadas suecas, refuerzan la capacidad militar de la isla de Gotland, en el mar Báltico, ante la amenaza rusa. La isla, provincia sueca de 170 kilómetros de longitud, con una situación geográfica, estratégica, se encuentra apenas a 300 kilómetros del enclave ruso de Kaliningrado, entre las fronteras de Lituania y Polonia.
Desde antes de la invasión de Ucrania (febrero), y ante la tensión entre la frontera rusa con Ucrania con unas maniobras militares de una intensidad nunca vista hasta entonces por parte de las tropas rusas, el ministro de Defensa sueco, Peter Hultqvist, envió antes del inicio de las hostilidades, en enero, a cientos de militares para reforzar la isla: desde ese instante, las tropas suecas patrullan las calles. Los soldados entrenan en sus bosques con munición real y las autoridades suecas han distribuido entre los habitantes de la isla, un folleto sobre cómo actuar si la guerra estalla.
Rusia, lejos de aceptar la decisión de dos países soberanos por mejorar su defensa, sigue amenazando con tomar medidas contra todo aquel país ligado de forma remota a Rusia que quiera la posibilidad de entrar en la OTAN.
La realidad se impone, y es que, poco o muy poco tienen de soviéticos que ver con estos dos países escandinavos.
La relación entre ellos, se remonta más bien al emergente imperio fundado por Pedro I "El grande", en 1721 y finiquitado por la Revolución Bolchevique durante 1917. Esa "Gran Rusia" de 22.800.000 kilómetros cuadrados, es el sueño dorado que busca rememorar en la actualidad Vladimir Putin.
Nuevo imperio
Tras una infinidad de luchas antes de la llegada de Pedro I, el hombre que fundó la "Gran Rusia" que quiere replicar Vladimir Putin. Tras derrotar a Suecia, Pedro I se anexionó Finlandia; la segunda fue en la guerra de 1741. Aunque en estas dos ocasiones devolvió los territorios anexionados a Estocolmo tras finalizar las hostilidades. Todo cambió a comienzos del siglo XIX, cuando volvieron a enfrentarse ambas potencias durante las guerras napoleónicas. Aquel fue el principio del fin para Finlandia. «La derrota y el posterior tratado de paz firmado en Hamina derivó en la cesión de Finlandia a Rusia». El tratado de Hamina o Fredrikshamn fue un tratado de paz entre Suecia y el Imperio ruso, firmado el 17 de septiembre de 1809.
Según el tratado, Suecia cedía parte de las provincias de Laponia y Västerbotten (al este del río Tornio y del río Muonio), Åland y todas las provincias al este a partir de ese punto. Los territorios cedidos constituirían el Gran Ducado de Finlandia. Solo tres años después, en 1812, se sumaron las provincias de Carelia y pequeñas porciones de Uusimaa y Savonia (posteriormente llamada Antigua Finlandia), que los rusos se habían anexionado tras el "Tratado de Fredrikshamn", este tratado fue la piedra angular de la autonomía del Gran Ducado en los años siguientes, ya que le permitió tener cierta autonomía para gestionar su propia administración e instituciones. Este punto sería el inicio del desarrollo necesario para revivir la cultura finlandesa, armonizando el idioma finés y llevando a la independencia de Finlandia en 1917.
Revoluciones y neutralidad
La guerra volvió a cruzarse en el camino de ambos países. La Guerra de Invierno (post), durante la infructuosa invasión de Stalin en noviembre de 1939. Pese a las graves pérdidas que sufrió el ejército ruso, este terminó imponiéndose, simplemente, por ser capaz de asimilar miles de pérdidas en hombres y tanques. Tras la guerra, un tratado de paz que sería ratificado en marzo de 1940, después de que el Ejército Rojo se viese sacudido por el frío extremo y los francotiradores locales:
«Finlandia cede a la Unión Soviética el Itsmo de Carelia, incluso Viborg, el litoral del Ladoga y una base militar en la península de Hangoe».
A lo largo de su historia, Suecia y Rusia, han mantenido una política de neutralidad, aunque cada uno por motivos diferentes. Gustavo XIV de Suecia proclamó este estatus en 1834 por obligación, una dura crisis económica no le dejó más remedio. A partir de entonces, esta "neutralidad" se ha mantenido en el tiempo.
Finlandia poco tiene que ver con Suecia y su "neutralidad", con sus cientos de kilómetros de frontera común (1340 kilómetros). En 1948, tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, el "Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua" prohibía a Rusia y Finlandia unirse en una alianza militar contra el otro. A su vez, el tratado estableció que Finlandia no podría dar permisos de paso a naciones enemigas de la URSS. A partir de entonces, esta era la relación entre Finlandia y Rusia hasta que en febrero de 2022 Rusia invadió Ucrania y las reglas de la geopolítica cambiaron, con Finlandia sintiéndose amenazada y solicitando formalmente si adhesión a la OTAN.
Autor: Jose Mª Maestre Domínguez ©
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