LOS COLOSOS DE TUTANKAMÓN
LOS COLOSOS TUTANKAMÓN
Son dos estatuas colosales, últimos restos que han llegado a nuestros días del templo funerario que Tutankamón, ordenó erigir cerca de Tebas, en Medinet Habu (1336/35-1327 a. C.). La construcción de este templo pudo comenzarse con su predecesor, la desconocida reina Ank-Keperura (posiblemente Nefertiti), que reinó un año. Tras la muerte de Tutankamón, el templo será usurpado por Ay y posteriormente reformado por Horemheb.
Una columna en la parte trasera da soporte a la escultura
llevando grabado un texto a dos columnas.
Imagen: La estatua (segunda) del Museo Egipcio de El Cairo durante su exposición en 2019 en París.
La realización de ambas
esculturas en cuarzo rosado, nos habla de un material noble y una ejecución de
las mismas de una gran calidad.
La vestimenta del faraón conlleva
el faldellín ceremonial denominado “shenti”, en la parte inferior, con un cinturón
que lleva grabada la hebilla con el cartucho del faraón Tutankamón usurpado por
Horemheb, así como asomando del cinturón, el grabado de una empuñadura con
forma de halcón, de una pequeña daga.
En el torso, un ancho collar pectoral y
coronando las estatuas sobre la cabeza de Tutankamón, el psent (pañuelo) sobre
el nemes y el ureo sobre la frente.
Ambas estatuas colosales de unos
seis metros de altura estaban policromadas. Aún se distinguen trazas de pintura
azul y amarilla en las rayas del nemes, sobre la cabeza del faraón. Y en el
rostro, pintura roja en los labios de la boca, así como negra en el contorno de
ojos y pestañas.
Al igual que en otras
representaciones de joven faraón el rostro permanece joven, con un estilo que
presenta todavía algunas reminiscencias heredadas del periodo de Amarna, como los ojos
almendrados, boca prominente y carnosa, vientre ligeramente hinchado.
(Ver vídeo)
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