Coliseo: Batallas Navales (Naumaquia)

 
EL COLISEO, símbolo de la grandiosidad de Roma, nos trae a la memoria la célebre frase en latín "Ave, Caesar, morituri te salutant".




Imagen: Coliseo

Nada más lejos de la realidad como vamos a ver. Por su extensión, le dedicaremos varios episodios para poder desentrañar todos sus misterios y poder así separar el mito de la realidad histórica. Así que, atentos a los nuevos post que van a salir, suscríbete para no perderte ninguno.

El coliseo es por mérito propio, la imagen del esplendor de la antigua Roma, capital del Imperio romano. El Anfiteatro Flavio o más conocido como el Coliseo, construido en el siglo I. Está situado prácticamente lindando al este con el Foro Romano, siendo por sus dimensiones, el anfiteatro más grande construido en la antigüedad. Desde entonces han pasado casi 2000 años desde su construcción.

Inaugurado con el nombre oficial de Anfiteatro Flavio (Amphitheatrum Flavium), en honor a la dinastía que ordenó su construcción. Su nombre cambiará para ser denominado con el nombre coloquial que utilizaban los romanos Coliseo dicho en latín (Colosseum). El nombre coloquial provenía de la gran estatua que había en sus aledaños, "el Coloso de Nerón”. Estatua que lamentablemente, no ha llegado a día de hoy.

La planificación de su construcción de esta grandiosa obra la llevó, al este del Foro Romano, comenzando su construcción en el año 70 d. C. aproximadamente en tiempos del emperador Vespasiano, para finalizar las obras en el año 80 d.C., ya bajo el mandato del emperador Tito.




Imagen: Coliseo


Sus dimensiones están acordes con la grandiosidad del Imperio Romano. Los espectadores que acudían al Coliseo se encontraban con una gran estructura de más de 48 metros de altura. La base del edificio tiene unas medidas aproximadas de 187,75 × 155,60 metros, mientras que la superficie que ocupa la arena es de 75 x 44 metros. El perímetro total de su superficie es de 524 metros, ocupando un área próxima a los 24.000 m². Con una capacidad para albergar más de 50.000 espectadores.

Gracias al patrocinio del emperador, se daban las mejores luchas de gladiadores del Imperio dentro del Coliseo, así como espectáculos públicos,  naumaquias y caza de animales. Sin olvidar las ejecuciones públicas, recreaciones de famosas batallas campales y obras de teatro basadas en la mitología clásica. El fin de los espectáculos era el entretenimiento del pueblo.

Imagen: Fragmento del mosaico de Zliten

La ampliación del Coliseo, por parte del emperador Domiciano, para dar cabida a más de 10.000 espectadores más, tuvo como consecuencia la suspensión en su recinto de las batallas navales (naumachiae).


NAUMAQUIAS


La palabra naumaquia, (en latín naumachiae, literalmente «combate naval») hacía referencia paralelamente tanto al espectáculo sangriento y teatral en el que se representaba una batalla naval, como también a la cuenca hidrográfica o al lugar físico donde se llevaba a término.

Eran, sin lugar a duda, los espectáculos más sangrientos, complejos y caros de la Antigua Roma. Las batallas navales teatralizadas intentaban conseguir el mayor realismo posible de sus participantes denominados (naumachiarii), que portaban uniformes acorde a los dos bandos representados en la batalla naval, generalmente, haciendo una alusión a una antigua batalla de la historia de Grecia.

Imagen: Naumaquia


El combate era muy sangriento y violento, donde el espectador visualizaba una auténtica orgía de sangre, mutilaciones y ahogamientos constantes. Sus combatientes eran normalmente prisioneros de guerra o condenados a muerte. La esperanza de vida de alguno de sus participantes era nula, y estos podían ser unos cientos o miles de hombres enfrentados entre sí.

La primera naumaquia representada  de la que tenemos constancia fue patrocinada por Julio César al pueblo de Roma, en el 46 a. C., para festejar su cuádruple triunfo. Para los fastos, Julio César mandó construir una gran piscina cerca del río Tíber, donde podían maniobrar auténticas naves birremes, trirremes y cuatrirremes. La batalla naval enfrentó a dos mil combatientes y cuatro mil remeros, siendo estos reclutados entre los prisioneros de guerra.

Posteriormente, el emperador Claudio, organizó una naumaquía en el año 52 d. C. Esta se desarrollaría en el lago Fucino, como parte de los trabajos para inaugurar el mismo. En este caso, se enfrentaron cerca de 19000 combatientes, la mayoría de ellos eran condenados a muerte. Lo relevante de esta naumaquia fue una frase que dejaría​ Suetonio en su obra Vidas de los doce césares (Claudio, XXI, 1214). Por ella sabemos que los naumachiarii (los combatientes en las naumaquias), saludaron al emperador Claudio, antes del combate, con la célebre frase: Morituri te salutant (‘Los que van a morir te saludan’). Tradicionalmente se piensa que era una frase ritual de los gladiadores con la que se dirigían al emperador, antes del combate, pero realmente sólo se tiene constancia de su utilización durante la celebración de esta naumaquia, de ahí su importancia histórica.

Como vemos, las naumaquias eran espectáculos mucho más sangrientos que las tradicionales luchas de gladiadores, que implicaban un menor número de combatientes, y no terminaban necesariamente con la muerte de los vencidos.

El nacimiento de las naumaquias está estrechamente unido a otro espectáculo anterior, el “combate de tropas”, que consistía en el enfrentamiento de dos pequeños ejércitos. En este caso, los luchadores de ambos bandos eran normalmente condenados a muerte, carentes de entrenamiento. Nada que ver con los gladiadores. Lo único que hizo César, artífice de la creación de la naumaquia, fue convertir la batalla entre ejércitos a un espectáculo naval.

Imagen: Pollice Verso (1872), obra de Jean Leon Gérome


En el transcurso del calendario anual, estaban programadas cerca de 165 fiestas en la ciudad “eterna”. La mayoría se desarrollaban dentro del Coliseo.

Pero la gran ambición del emperador Vespasiano en su construcción era su visión política: poder volver a congraciar al emperador con el pueblo de Roma, tras el terrible incendio que dejó a la ciudad eterna sin su teatro, ubicado en el Campo de Marte en el año 64.

Para la inauguración del Coliseo, las fuentes antiguas nos hablan de unos fastos sin igual.

El emperador ordenó la celebración de unos juegos como nunca se habían visto antes. La celebración duró 100 días, en los que lucharon entre sí gladiadores y fieras. Las fuentes hablan de que al menos 5.000 fieras perecieron, a los que habría que sumar varias decenas de gladiadores.

Para su construcción, los materiales empleados serían esencialmente bloques de travertino, hormigón, madera, ladrillo, piedra (toba), mármol y estuco.

Imagen: Interior del coliseo


El aforo planificado inicial para el Coliseo sería de 50.000 asistentes, pero con la ampliación de Diocleciano pasó a albergar entre 55.000 y 65.000 espectadores, que se distribuían en una interminable sucesión de gradas de 80 filas. En función del estrato social al que pertenecía la persona se distribuían los asientos. Las primeras filas, más cercanas a la arena, eran asignadas al Emperador, su familia, senadores y patricios. A medida que se ascendiá de fila, los espectadores se iban situando según su estrato social dentro de la sociedad romana.

El uso del Coliseo fue prolongado durante siglos, hasta unos años después de la caída de Roma y el Imperio Romano de Occidente en el año 476 d.C. Sus últimos juegos se celebraron en el siglo VI. A partir de ese momento, el anfiteatro se reconvirtió a nuevos usos, ya que con el afianzamiento del cristianismo, se prohibieron los espectáculos de gladiadores y de caza en el recinto.


ESTILO.


Una de las principales novedades en la construcción del Coliseo será la ubicación del propio edificio, ya que se realizó sobre una planicie y no como se venía haciendo tradicionalmente, sobre alguna elevación o desnivel, para poder servir como apoyo del peso de las gradas.

De hecho, el Coliseo se asienta sobre un valle en el que previamente se había secado un pequeño lago, que el emperador Nerón usaba normalmente para su Domus Aurea, situado entre las colinas del Palatino, Esquilino y Celio.

Esto fue posible gracias a los aportaciones técnicas realizadas en tiempos de la dinastía Flavia, y más concretamente con la llegada en ese periodo de la bóveda de aristas. Con esta solución técnica se consiguió dar la solución estructural para poder elevar los edificios sobre el nivel del suelo.

Gracias al desarrollo de esta novedosa arquitectura hueca, el Coliseo puede alzar altas paredes con filas de arcadas cóncavas.



Autor: Jose Mª Maestre Domínguez ©


Fuentes: 

https://asociacionlaulanet.blogspot.com/2022/06/el-coliseo-s-i-dc.html

https://www.bbc.com/mundo/noticias-39422150

https://www.culturagenial.com/es/coliseo-romano/

https://curiosfera-historia.com/coliseo-romano/

Asociación #Laulanet


Fotos: Wikimedia Commons, Wikipedia, Wikiart.





Excepto donde se haga constar explícitamente, esta obra pertenece a Jose Mª Maestre Domínguez, y está bajo una licencia de “Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional”.



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