Goya: La carga de los Mamelucos en la Puerta del Sol (1814)
Conocida como “La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol” o “Levantamiento 2 de mayo en Madrid” o “La lucha de los Mamelucos”.
Estamos ante una de las grandes obras del maestro Francisco de Goya y Lucientes. Realizada en óleo sobre lienzo, de grandes dimensiones (268,5 cm × 347,5 cm), se puede visitar actualmente en el Museo Nacional Del Prado en la Sala 64.
En él, Francisco de Goya representa uno de los primeros momentos de mayor dramatismo al inicio de la Guerra de la Independencia. Será el episodio conocido por todo el mundo como el levantamiento del 2 de mayo contra las fuerzas de ocupación napoleónicas, momento en el que se da comienzo, a la guerra de independencia española contra la invasión encubierta de Napoleón.
El emperador francés, había ocupado militarmente posiciones estratégicas a lo largo de toda España en 1808, a la par que mantenía cautivos tanto al rey Carlos IV (recordemos que había abdicado en favor de su hijo, el 19 de marzo, tras el motín de Aranjuez) y su hijo, Fernando VII en la ciudad de Bayona, obligándoles a firmar entre el 5 y 6 de mayo, las abdicaciones de Bayona, por las que Fernando VII devolvía el trono a su padre Carlos IV y este a su vez, abdicaba en favor del emperador francés Napoleón Bonaparte, que designará posteriormente, para colocar su hermano, José Bonaparte como José I, denominado por los “patriotas” con el nombre del “el rey intruso”, como nuevo monarca de España.
En esta escena dramática representada por Goya, el pueblo español se levanta en armas y ataca a los mamelucos, tropas mercenarias llegadas de Egipto que combatían del lado del ejército francés bajo el mando del general francés Murat. Esta revuelta fue sofocada de forma sangrienta por el ejército de ocupación.
En la secuencia mostrada por Goya se aprecia la versatilidad del pintor al mostrar los movimientos de los caballos, así como de los distintos personajes que aparecen y que dotan al cuadro de un gran dinamismo. Toda la escena refleja un gran realismo, como se puede apreciar en la proyección de los cuerpos caídos y los ríos de sangre que aportan gran dramatismo a la obra.
En último término, se puede apreciar el perfil arquitectónico de Madrid de la época, si bien tratado en un segundo plano, difuminando las estructuras, para que el espectador no se distraiga de la escena principal.
Esta arquitectura difuminada, nos permite adivinar, aproximadamente, donde Goya sitúa la escena, que sería cerca del Palacio Real, símbolo de la Corona, cuya defensa por el pueblo sería el germen del ideal del retorno del “rey deseado” en la figura de Fernando VII.
Como es habitual en toda su obra, Goya gestiona el cuadro con una pincelada suelta, con una rica paleta de colores que da un gran cromatismo a sus lienzos. Su estilo romántico, se anticipa y nos recuerda en algunos aspectos a algunos cuadros del romanticismo francés, y a ciertas obras cercanas en el tiempo de los maestros Géricault y Delacroix.
La obra se desarrolló por iniciativa del mismo pintor. Goya, que, tras la guerra en la península, el 24 de febrero de 1814, dejó clara su iniciativa con las siguientes palabras:
“sus ardientes deseos de perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa”.
Tan sólo 9 días después, el gobierno regente, en la figura del infante don Luis de Borbón aceptaba la iniciativa de Goya y pintó este lienzo, así como otra de sus obras cumbre, “los fusilamientos del 3 de mayo en la montaña del Príncipe Pío”, que deja constancia con gran dramatismo, los acontecimientos del día siguiente al levantamiento del 2 de mayo.
Hay que tener en cuenta que los acontecimientos habían ocurrido 6 años antes de comenzar esta obra y que, Goya, no fue testigo ocular de los acontecimientos.
Para poder plasmar toda la esencia de este episodio histórico, Goya se basó en los testimonios y relatos que pudo recopilar.
El cuadro en sí mismo, era un homenaje a todos los héroes que lucharon durante la contienda para liberar a España de la invasión francesa.
Otra guerra, la Guerra Civil Española (1936-1939), supuso el traslado de muchas obras fuera de las fronteras españolas. En este caso, el cuadro de Goya, “La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol o Levantamiento 2 de mayo en Madrid” fue trasladada a Ginebra. En este traslado, varias partes de la obra fueron dañadas, concretamente en su lado izquierdo por una granada que desgarró varios trozos, siendo restaurada de urgencia en el castillo de Peralada, antes de salir de España.
Autor: Jose Mª Maestre Domínguez ©
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